Llega la Navidad, son muchas las tentaciones que se nos presentan y que boicotean nuestra dieta. Comidas de empresa, con amigos y familia atentan contra nuestros buenos hábitos y se producen con demasiada frecuencia como para no hacer mella en nuestra figura. Aplicar el sentido común cuando nos enfrentamos a cada cita gastronómica y social es el mejor consejo que ofrecen los nutricionistas, pero por si se nos desorienta viene bien tener a mano el siguiente recordatorio con cinco reglas de oro básicas.

Brinda y solo mójate los labios. El consumo de alcohol aumenta en estas fechas y resulta muy difícil decir que no a una copa de vino o a una cerveza, pero tenemos que tener en cuenta que el alcohol deshidrata nuestro cuerpo y por tanto hay que intercalar bebidas alcohólicas con agua. No obstante, lo más importante es la cantidad total consumida.

Son muchos o varios días de fiesta y hay que ser conscientes que el alcohol son calorías vacías que facilitan el aumento de nuestros depósitos de grasa. Si no quieres que esta aumente al final de las fiestas, vigila el consumo de alcohol y recuerda hidratarte con agua. Tu organismo lo agradecerá al día siguiente.

No te olvides de desayunar y merendar. Una de las claves para no llegar caninos a las comidas o cenas de navidad es hacer previamente una comida ligera pero saciante y saludable que podemos acompañar por ejemplo con una infusión para llenarnos más. Una pieza de fruta, un yogur o un puñado de frutos secos son opciones aptas que nos ayudarán a no llegar con un hambre voraz a la cena y que nos permitirán no comer en exceso. Es importante también que nos hidratemos y bebamos agua antes de empezar a comer, pues esto también nos saciará y calmará nuestro apetito y nuestras ganas de probar todo lo que haya en la mesa.

Que los entrantes no te impidan llegar al plato principal. Normalmente en las cenas de navidad con amigos, familia o compañeros de trabajo es muy habitual pedir un menú cerrado de navidad con entrantes, plato principal, postre y bebidas. Nuestro consejo es que te centres en tu plato principal y no te detengas en los entrantes. Siempre suele haber pescado entre las opciones, una opción buenísima para no perder la línea en las navidades. Los beneficios de ingerirlo son muchos a nivel cardiovascular y para la salud en general, pues es un alimento rico en proteínas, vitaminas y minerales, pero además constituye una importante fuente de omega-3. Calamares, mejillones, gambas, langostinos, salmón, rodaballo, lenguado€ todos los pescados y mariscos son bienvenidos, eso sí, mejor a la plancha, al horno o al vapor y nada de fritos.

Los dulces navideños solo en los días festivos. Los turrones, polvorones, roscones€ son una tentación difícil de resistir, sobre todo cuando en la sobremesa tenemos que enfrentarnos a la bandeja de turrones y polvorones. Lo mejor que podemos hacer es limitar el consumo de estos dulces a los días festivos, donde podremos degustarlo con cierta moderación, siendo conscientes de lo que estamos comiendo. Tomarte un trozo de turrón no va a hacer que pierdas todo lo que has trabajado durante el año, pero siempre que puedas sustituye estos dulces por otra opción más saludable como la fruta. Puedes hacer unas brochetas de frutas bañadas en chocolate puro acompañadas de frutos secos como las almendras o las nueces para quitarte el antojo de dulce.

Adiós pereza. Durante estos días, es importante seguir con la rutina de ejercicio (30 minutos al día de movimiento como mínimo) o incluso ampliarla con algún paseo o una carrera extra, y llevar un plan de comidas normal salvo en las fechas señaladas. Diciembre es un mes lleno de festivos por lo que es la oportunidad perfecta para aprovechar una hora al día y practicar cualquier tipo de ejercicio físico. Puedes apuntarte a carreras populares, como la San Silvestre en Las Palmas de Gran Canaria, o dedicarle tiempo a actividades que solo se pueden hacer en invierno como el esquí, el snowboard o el patinaje sobre hielo.