La situación es dramática en la primera línea de la lucha contra el coronavirus, las UCI y las urgencias de los hospitales valencianos. Testimonios recogidos por Levante-EMV remarcan la desesperación de los profesionales ante el aumento imparable de contagios. "Nos sentimos solos", dice Mónica Crespo, intensivista del Peset.

"Centros de salud colapsados, hospitales desbordados y las UCI sin camas mientras ves fiestas diurnas o nocturnas, en calles o casas particulares, terrazas repletas con gente sin mascarilla en animada charla a medio metro de distancia compartiendo tapeo, o grandes centros comerciales abarrotados", lamenta Enrique Ballester, médico de urgencias y excomisionado en la Ribera.

"Es desesperante -añade Crespo-, te dejas la piel cada día aquí en la UCI y luego ves que la gente sigue haciendo vida normal. Y nadie sabe lo dramático que es firmar certificados de defunción de tres familiares que se contagiaron en la misma cena o comida de Navidad; sí a mí me dicen en marzo que ahora estaríamos como estamos no me lo hubiera creído, no hay un solo médico que no haya pedido el confinamiento, es que esto no tiene visos de mejorar".

"La conciencia social no está suficientemente sensibilizada -reflexiona Ballester-, parece que solo la vacuna sea la salvación y alcanzar la ansiada inmunidad de rebaño, ojo con la palabra porque a veces lo parecemos, pero que triste e indignante es comprobar la irresponsable amnesia de algunos que ponen en peligro a muchos", añade Ballester, sanitario en la Ribera, centro ya colapsado.

En el hospital Peset hay 16 camas de UCI pero se van ampliando para abrir huecos. "No recuerdo nada igual, ni en lo peor de marzo pasado. Empezamos todas las guardias buscando huecos para enfermos, pero luego está cómo los vas a atender porque se necesita enfermería, médicos, aparatos y las camas de críticos están ocupadas por covid, pero nos llegan otras patologías a las que no se puede dedicar el mismo tiempo que antes", retrata.

"El sistema ha colapsado"

Ballester añade que para agravar la situación "asistimos diariamente a la esperpéntica guerra política cuando la evidencia diaria de cifras de infectados y muertos demuestra que el sistema sanitario ha colapsado, con unas infraestructuras insuficientes o anticuadas, medios materiales obsoletos o inexistentes, una gestión de crisis cambiante, precipitada y con una respuesta lenta y descoordinada entre gobierno y autonomías", señala el sanitario.

"Ya va siendo hora de que el actual cogobierno, sin escudarse en la culpa de sus antecesores, empiece a resolver el mayor problema actual del sistema sanitario: sus exhaustos profesionales, que también se infectan y mueren, y esperan una respuesta a sus sensatas demandas por parte de sus gobernantes", explica Ballester.

La intensivista del Peset pone sobre la mesa el debate de la economía y expone: "Cuando oigo decir que hay que salvar la economía no lo entiendo, es que no saben lo que cuesta la sanidad, ¿no cuesta dinero una cama de UCI? ya sé que la situación es de extrema complejidad, pero para nosotros esto es muy desesperante".

Ballester añade que si los actuales recursos públicos son insuficientes para dar respuesta adecuada al actual colapso del sistema sanitario "sería muy acertado e inteligente por parte del gobierno que olvidara las ya desfasadas críticas a la sanidad privada y utilice y coordine todos los recursos disponibles públicos y privados para acabar con la mayor crisis sanitaria nacional y mundial".

Y añade el excomisionado de la Ribera: "En mi modesta opinión creo que hay algo que está fallando estrepitosamente en esta guerra contra el virus y es la falta de un mando único que planifique la estrategia general de combate, que dimensione los recursos a distribuir según las necesidades de cada territorio, que los ponga a disposición de cada uno de ellos para que los utilicen según la planificación general y que mida los resultados a nivel de salud autonómica y estatal, para redistribuir nuevos recursos", remarca.