Que la alimentación puede ayudar a reforzar el sistema inmune, la salud en general y propiciar un estado de ánimo positivo es una realidad admitida por los profesionales de la medicina y de la nutrición, si bien hay que tener claro que no es la solución ni sustituye a una vacuna o a un medicamento en caso de enfermedad. "Las defensas son importantes cuando hay que luchar contra un enemigo externo, algo que necesitamos todo el año y más en estos tiempos de coronavirus, pero que ante la llegada del frío, en otoño e invierno, cobra especial importancia, para reforzarnos ante gripes y resfriados. La primera pauta, en cualquier circunstancia, es la actitud mental. Si es negativa disminuirá las defensas. Si en cambio, es positiva, ayudará a crear más mecanismos de ataque", comenta la nutricionista Vanessa Bordas.

¿Qué más se puede hacer? La vitamina C: si bien es bien conocido que los cítricos -naranjas, limones, lima, pero también kiwi- contienen esta vitamina tan necesaria para incrementar las defensas naturales del cuerpo, hay muchos otros alimentos que la contienen. Hasta incluso en mayores cantidades que en los cítricos. Así algo alimentos tan comunes, fáciles de encontrar y baratos como el perejil, el bulbo de hinojo o el brócoli (el trío infalible) nos pueden aportar altas dosis de vitamina C.

Perejil Pixabay

  • Perejil: Es una de las fuentes más abundantes de vitamina C, calcio, hierro y vitamina A que existen. Basta tomar 50 g de perejil fresco para cubrir las necesidades diarias de vitamina C, gran parte de las necesidades de vitamina A y bastante calcio. Destaca por sus propiedades diuréticas, digestivas, remineralizantes y como protector de los vasos sanguíneos.
  • Bulbo de hinojo: Es una poderosa planta medicinal que destaca por su fuerza para equilibrar las funciones del sistema digestivo, aunque también es expectorante y antiinflamatorio.
  • Brócoli: Sus cualidades gastronómicas y los estudios que prueban sus beneficios para la salud lo han convertido en uno de los grandes emblemas de la alimentación sana moderna. Una ración de brécol cubre con creces las necesidades diarias de vitamina C de un adulto, ya que aporta casi el cuádruple de la que se necesita. También satisface enteramente los requerimientos diarios de ácido fólico y dos terceras partes de los de vitamina A.

La vitamina C se necesita para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo. Se utiliza para formar una proteína importante utilizada para producir la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos, sanar heridas y formar tejido cicatricial. Es clave para el sistema inmunológico, ya que ayuda a prevenir infecciones y combatir enfermedades. Pero el cuerpo humano no la produce sola, de modo que debemos obtener este nutriente a través de la dieta diaria. Además, ayuda a mantener el ánimo en alza y a la absorción del hierro. Tomarse un zumo de naranja después de comer un plato de lentejas nos ayudará a absorber el hierro de esta legumbre mucho mejor.

Jengibre. EP

Antiinflamatorios y antibióticos naturales

"Otra arma para ayudar a nuestro sistema inmune son los antiinflamatorios y antibióticos naturales" subraya Bordas, nutricionista de OBBIO.

Los más fáciles de tener en casa o de encontrar en el súper más próximo son la cúrcuma, jengibre, pimienta de cayena y alimentos con alto contenido de omega3, como el pescado azul y los frutos secos principalmente.

  • Cúrcuma: Es una de las especias más saludables. Tiene un aroma intenso, amargo y algo picante, y un color amarillo dorado. Se ha comparado su poder antiinflamatorio con el de medicamentos tan potentes como la hidrocortisona y la fenilbutazona, pero a diferencia de los fármacos, la cúrcuma carece prácticamente de toxicidad.
  • Jengibre: Considerado un remedio eficaz para el alivio de problemas intestinales, náuseas, vómitos. Aparte de resultar un buen antiinflamatorio y antiséptico. Sus gingeroles, principales componentes activos del jengibre y responsables de su sabor picante, son aceites volátiles con propiedades antiinflamatorias muy potentes.
  • Pimienta de cayena: Se utiliza desde tiempos inmemoriales gracias a sus propiedades medicinales. Un valor que reside en la capsaicina, que estimula la circulación y motiva la producción de saliva y enzimas digestivas. Además, induce al cerebro a fabricar endorfinas y calma los dolores de la artritis.
  • Omega3: Los ácidos grasos omega 3 son sustancias que el cuerpo necesita para muchas funciones, desde la actividad muscular hasta el crecimiento celular. Este componente se encuentra en el pescado azul, los pescados grasos como el salmón, la caballa y la trucha, y los mariscos, como los mejillones, las ostras y los cangrejos. Algunas nueces, semillas y aceites vegetales contienen también ácido omega 3, un arma útil para el sistema inmune.