En la escuela infantil el niño va a disfrutar de numerosas ventajas: la posibilidad de vida y juegos al aire libre, la garantía del contacto con personal especializado desde un punto de vista educativo e intelectual, y la oportunidad de "sociabilizarse" gracias al contacto con otros niños y niñas de su edad, evitando el apego excesivo a una sola persona.

Pero la escolarización también va a tener algún inconveniente. El primer año de escolarización de un niño, se puede convertir -con frecuencia- en un rosario de procesos infecciosos. Su sistema defensivo no está maduro, y el organismo entra en contacto por primera vez con nuevos gérmenes.

La mayoría de estos procesos son banales y producidos por virus, pero siembran gran preocupación en la familia. La gran mayoría (70%) serán procesos catarrales de vías altas, siendo de vías respiratorias bajas (bronquitis,..) alrededor de un 10%, y sólo un 5% serán problemas digestivos.

Afectan más del doble a los niños en su primer año de escolarización.

En general se podría decir que lo que ocurre es que si un niño -escolarizado o no- va a pasar un número determinado de infecciones, el escolarizado las pasar en un período más corto de tiempo.

¿Es tan fácil el contagio entre los asistentes a una Escuela Infantil?

El contagio es muy habitual, ya que muchas veces ocurre antes de dar los primeros síntomas; otros incluso son asintomáticos. Y a esto tenemos que añadir la frecuencia con que presentan secreciones (mocos, saliva,...) y la imposibilidad práctica de aislar a los niños con síntomas mínimos.

Así y todo podríamos tomar algunas medidas para evitar que se propaguen las secreciones, como cubrirse la boca al toser, utilizar papel desechable para la limpieza de moco y saliva, la limpieza frecuente de juguetes y superficies, así como el lavado habitual de las manos de niños y educadores.

Habría que fijarse si en la escuela a la que llevan a sus hijos, se tienen en cuenta una serie de condiciones que evitarían la transmisión de infecciones, como por ejemplo:

-buenas e higiénicas instalaciones (lavabos, zona de cambio de pañales, ventilación,..).

-higiene correcta del personal: educadores y niños.

-manipulación adecuada de alimentos.

-uso de juguetes o material didáctico que reúna condiciones higiénicas.

-número suficiente de personal y educadores.

-número de niños e instalaciones adecuadas.

-no permitir la asistencia o reincorporación precoz de niños o educadores que padezcan infecciones.

Y a los padres habría que pedir que no lleven a la escuela a sus hijos cuando están enfermos y, cuando un niño ha estado con fiebre, debería abstenerse de asistir hasta que no pasen 24 horas en casa sin haber tenido fiebre, durante el cual no haya sido necesario darle medicación antitérmica alguna.