La revista Cell, donde se recogen los mayores avances de la biología básica, ha publicado un estudio que podría cambiar las líneas en las que trabajan muchos investigadores del cáncer.

El trabajo, firmado por un equipo de once personas, está liderado por el catalán Joan Massagué, director del Memorial Sloan Kettering Center de Nueva York, y en él se explica el mecanismo por el que se originan las metástasis en el cerebro.

Se trata de un mecanismo que parece imprescindible para que las células cancerosas se extiendan a otros órganos. "Lo que hemos descubierto es cómo se originan las metástasis para células de cáncer que han infiltrado un órgano distante, en este caso el cerebro", explica a Sinc Massagué.

Al preguntarle si este mecanismo se encuentra también en otros órganos, el investigador apunta que aunque ya conocen la respuesta, "todavía no estamos preparados para desvelarla".

Para establecerse en el cerebro y forman nuevos tumores, las células cancerígenas se ajustan a las venas capilares y sintetizan unas moléculas adhesivas, llamadas L1CAM, que bloquean las defensas naturales del cuerpo contra el cáncer y evitan que las células tumorales se destruyan.

Su equipo de investigación ya está diseñando un anticuerpo contra L1CAM con el objetivo de ensayarlo en ratones.

Con un fármaco capaz de bloquear dicha molécula, las células cancerosas ya no podrían adherirse a los vasos sanguíneos y formar nuevos tumores.

La buena noticia es que el equipo de Massagué "no cree" que genere muchos efectos secundarios.

En el caso de que se consiguiera inactivar este proceso, se podría evitar una parte de las metástasis y reducir, con ello, la mortalidad asociada. No obstante, la eficacia de los resultados aún no está confirmada.

Precaución ante los triunfos

El hallazgo no implica por ahora que se haya descubierto el origen de las metástasis. Se trata de una hipótesis no confirmada y hay que ser prudente.

Porque cuando aún no hay ensayos en animales, la cura de pacientes con cáncer todavía está lejos y quedan años para que los resultados lleguen a probarse en pacientes. "Estamos en una situación de descubrimiento básico que con el tiempo acabará en beneficio para los enfermos, o no", puntualiza el experto catalán.

"En el momento del descubrimiento nadie sabe si se va a conseguir este beneficio, ni cuándo, ni para quién. Nuestra responsabilidad es comunicar el hallazgo en la prensa científica, y comunicarlo correctamente a los medios que se interesen por el tema. Cómo los medios van a transmitir el hallazgo a la población, y qué va a sentir esta, son cosas que están enteramente fuera del control del investigador", concluye.