El cooperante español José Luis García ha pasado un mes en Sierra Leona y tras su regreso puede decir que ha sobrevivido al ébola. El joven ovetense, cooperante de la Cruz Roja, viajó hasta el país africano para montar las telecomunicaciones del hospital que la organización tiene en la zona. "Miedo como tal no, pero si mucha tensión diariamente por ser consciente del peligro y por la dificultad que supone el trabajar en unas condiciones tan duras", ha dicho en un encuentro digital con los lectores acerca de su experiencia. Revive el chat con el cooperante español José Luis García.

García, de 37 años, ha superado la cuarentena de 21 días impuesta obligatoriamente por las autoridades sanitarias a todos aquellos que regresan de la zona afectada por el virus del ébola. "Mi trabajo consistió en establecer un sistema de comunicaciones para todos los delegados de la Cruz Roja y Media Luna Roja desplazados a Sierra Leona y de dotar de la equipación tecnologica necesaria al hospital que allí acabamos de construir", ha señalado este técnico de telecomunicaciones.

Sobre la posibilidad de que los inmigrantes que llegan a patera a España puedan ser portadores del ébola, García es contundente. "Ningún riesgo. Las personas que llegan en esas condiciones a España sufren muchas penurias,entre ellas el tener que jugarse la vida en los viajes por Africa hasta llegar a las embarcaciones que los traslada,tardando para ello meses.Si alguna persona estuviera infectada al salir de los paises afectados por la enfermedad,fallecería antes de poder viajar en dicha embarcación".

Las cifras del ébola

Las últimas cifras hechas públicas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) recogen que casi 7.500 personas han sido infectadas por el virus del ébola en el África Occidental y más de 3.400 han perdido la vida como consecuencia de esta pandemia.

Los países más afectados por el virus del ébola están siendo Liberia y Sierra Leona.

Dos víctimas españolas

En España, son dos las personas que han muerto víctimas del virus del ébola. Los dos fallecidos eran miembros de la congregación de los hermanos de San Juan de Dios. Los religiosos Manuel García Viejo y Miguel Pajares fueron trasladados hasta Madrid para ser tratados contra la enfermedad pero no pudieron superar los tratamientos que se les administraron y fallecieron a los pocos días de su repatriación.