Nutrición

¿Es saludable poner millo en tus ensaladas?

Dulce, jugoso y nutritivo, proporciona vitaminas esenciales, así como fibra y magnesio

Piñas de millo, un alimento básico en todo el mundo.

Piñas de millo, un alimento básico en todo el mundo. / Shutterstock

El millo dulce o maíz dulce, si estás fuera de Canarias, es un elemento jugoso y nutritivo que no puede faltar en tus ensaladas y, por supuesto, en tu sandwich de atún. Este cereal, originario de México y cuyo nombre científico es Zea mays, constituye una fuente de vitaminas y minerales al alcance de cualquier bolsillo, pues se trata de un producto barato, el cereal con mayor volumen de producción en todo el mundo, por delante del trigo y del arroz.

El millo en América es el cereal de consumo básico y uno de los alimentos fundamentales, como también lo es la papa. Al igual que en América, en Canarias resulta fundamental, tanto en sus versiones en piña o mazorca, como desgranado y hasta molido, en forma de gofio. De hecho, uno de los gofios más consumidos en Canarias es precisamente el de millo tostado.

Para su consumo en ensalada o en tus sandwiches de atún, lo ideal es elegir uno en conserva que no contenga azúcares añadidos. El millo dulce es en sí una variedad que tiene su propia azúcar sin necesidad de aditivos. Añade a los platos ese toque dulce que potencia los sabores. Además, aporta al organismo varias vitaminas -A, B1, B3, B12, C y E- y también minerales como fósforo, magnesio, manganeso, potasio, selenio, hierro y zinc.

Cóctel de beneficios

Todo este cóctel mineral y vitamínico, digno de Super Ratón, ayuda a mejorar la concentración y la memoria, al tiempo que fortalece los huesos y los dientes. A su vez, su alto contenido en fibra favorece el tránsito intestinal y contribuye a mantener bajo control el estreñimiento. De otro de sus beneficios da una pista su color amarillo, un indicio de su contenido en provitamina A, que mejora la vista y reduce el riesgo de pérdida de visión asociada con la edad y con el abuso de pantallas hoy en día.

La alta concentración de vitamina B3 que tiene el millo lo convierte, además, en un alimento indispensable para reforzar nuestras defensas, regular el colesterol en sangre y favorecer nuestra salud circulatoria, al tiempo que ayudar a mantener el buen funcionamiento del cerebro y a equilibrar las emociones.

La combinación de este cereal con legumbres y hortalizas proporciona la aportación proteica que necesita el organismo cuando no queremos comer carne o pescado.