Los yogures son una de las mayores fuentes de calcio en nuestra dieta y puede tener grandes propiedades beneficiosas para nuestra salud, siempre que no se consuman los que contienen mucho azúcar. Se trata de un producto lácteo que contiene microorganismos vivos que se mantienen activos en el interior del organismo y que ayuda a nuestra flora intestinal.

El yogur natural, sin azúcares añadidos, es un alimento muy recomendado en la dieta, ya que aporta proteínas y una buena dosis de calcio. Además también destaca por su aporte en vitamina A, E, D y algunas del grupo B. Los expertos destacan que un consumo moderado de este producto lácteo puede reforzar el sistema inmunitario y óseo, así como también ayuda a la flora intestinal. 

Eso sí, hay que tener mucho cuidado cuando el yogur se pone malo, ya que puede provocarnos fuertes dolores y problemas intestinales. Hace tiempo que ya se ha desmontado el mito de la fecha de caducidad de los productos lácteos y que se pueden ingerir pasados unos días, pero también hay que estar alerta de las señales que muestran que el producto puede estar malo.

Las señales que indican que hay que tirar el yogur

Por norma general, no vamos a tener ningún problema en consumir el yogur si han pasado unos días de la fecha preferente de consumo y ha estado bien conservado en el refrigerador. Cabe destacar que lo correcto es guardarlo siempre en la nevera a una temperatura de entre 2 y 4 grados. Muchas veces al abrir la tapa nos encontramos con algunas señales que nos indican que no es bueno consumirlo. Estas son las más llamativas:

  • Textura más líquida de lo habitual: el yogur suele tener una textura cremosa pero si está en mal estado puede presentar una textura más líquida o granulada. Esto suele llegar acompañado de un fuerte olor agrio que nos indica que hemos de tirar el yogur. No hay que confundir con el agua que muchas veces suele formarse en la parte superior del yogur y que es completamente normal. Lo mejor es guiarse por su aroma.
  • Moho en su interior: una señal evidente de que el yogur no es apto para el consumo es si al abrir la tapa apreciamos cualquier signo de moho en la superficie. Esto es una señal inequívoca de que hemos de tirar el producto a la basura sin dudarlo.
  • Mal aspecto: muchas veces al destapar el yogur no nos da buena pinta y dudamos si comerlo o no. Aunque algunas veces no tiene porque pasar nada, lo mejor es que si dudamos de su buen estado lo tiremos a la basura. Aunque la fecha de consumo preferente no marca la línea de cuando está bueno y cuando no, sí que puede servirnos para hacernos una idea de cuándo consumirlo. Si a la primera cucharada sentimos que tiene un sabor agrio lo mejor es dejar de comerlo.