El padre del software libre y creador de la idea del copyleft -como oposición al copyright- Richard Stallman, pionero de la programación informática en los años 70 y venerado gurú para cientos de miles de personas en todo el mundo, hizo este martes en Gran Canaria un llamamiento a toda la comunidad de usuarios y desarrolladores informáticos para que se unan a "la religión de la libertad" que supone, según expuso, el software libre. Stallman aterrizó en Gran Canaria para hablar de 'Software libre y libertad' en una conferencia organizada por la facultad de Informática de la ULPGC, en lo que supone su segunda visita a las islas en menos de un año.

Minutos antes del comienzo, una alumna de las primeras filas preguntaba a media voz a su compañero que quién era exactamente esa personalidad que venía a hablarles de ética de la programación. "¿Pero de verdad que no lo sabes?", contestó su amigo. "¡¡¡Ese hombre es Dios!!!"

La figura más relevante del movimiento mundial por el Software Libre basa su ideario en una perspectiva ética de la programación informática que, a su juicio, nunca debió perderse. "Se trata de plantear un debate serio sobre qué derechos humanos deberían estar garantizados para los usuarios de aplicaciones informáticas en el mundo de hoy", asegura. "Llegué a estas ideas en 1983. Como programador y como usuario deseaba utilizar las computadoras con total libertad, pero no pude: una computadora no funciona sin sistema operativo y desde el principio los sistemas operativos nacieron con mentalidad privativa. Así que decidí cambiar esa injusticia desarrollando un sistema para ponerlo voluntariamente y de manera legal a disposición de la gente. En aquel entonces, nadie más quería hacer algo parecido, así que lo hice yo", afirma. Hoy en día, el paso que diera el joven Stallman hace treinta años se ha transformado en todo un movimiento, fundamentado en la filosofía del conocimiento compartido, que está haciendo tambalear los pilares del desarrollo informático convencional.

A lo largo de casi tres horas de conferencia, Stallman utilizó el humor como hilo conductor de una intervención alejada de aspectos excesivamente técnicos, fiel ese planteamiento ético que, a su juicio, debe imperar siempre a la hora de afrontar el desarrollo tecnológico de la humanidad. Para empezar, rechazó de plano el concepto de "pirateo" o "pirata" para referirse al uso compartido de datos a través de la red. "Para mí, un pirata es alguien que asalta barcos, y no conozco a ningún asaltante de barcos que inicie el abordaje con un ordenador bajo el brazo o con una canción en la mano", ironizó, para explicar seguidamente que se deben eliminar las connotaciones delictivas de todo aquello que no son sino formas alternativas de entender la gestión del conocimiento. "La propaganda privativa pretende que creamos que ayudar al prójimo es sinónimo de asaltar barcos", dijo.

Para explicar qué características tiene un programa informático para ser considerado libre, Stallman apuntó cuatro libertades fundamentales. Si una de estas libertades faltara, se trataría siempre de software privativo.

* Libertad 0: Libertad para ejecutar el programa como quiera cada usuario, sin cortapisas ni limitaciones impuestas por terceras personas.

* Libertad 1: Libertad para estudiar el código fuente y modificarlo al gusto, de tal manera que se adapte mejor a las necesidades de cada usario. Además, los programas privativos, según explica Stallman, "tienen programación oculta, puertas traseras, aplicaciones desconocidas que los usuarios no pueden ver ni conocer. No son utilidades que benefician al usuario, sino funciones para reprimir el uso, para limitar la capacidad del programa o para guardar y enviar datos de la máquina", asegura. Como ejemplo de filosofía privativa nombró a Microsoft Windows, pero no se detuvo a ahondar en detalles ya conocidos del gigante de Bill Gates. Antes bien, prefirió alertar a su audiencia de los excesos de otro gigante informático, Apple, que "restringe el uso en sus máquinas de programas que no hayan sido desarrollados por ellos mismos, algo que ni siquiera Microsoft se atreve a hacer". "No puedo afirmar que todos los programas privativos tienen funcionalidades malévolas: como se impide al usario conocer el código fuente, es imposible saber qué tiene o deja de tener determinado programa en su interior".

* Libertad 2: Libertad para redistribuir el producto, ayudando a otras personas que lo necesiten, sin limitaciones. Según aseguró, cuando alguien le ofrece un programa lo rechaza si no lo puede compartir con su comunidad "por muy cómodo y funcional que resulte".

* Libertad 3: Libertad para distribuir copias de las versiones modificadas por el usuario. "La única manera de desarrollar la informática es hacerlo todos juntos. Basta escribir una sola mejora una sola vez para que todo el mundo la aproveche. Sin la libertad 3, cada cual deberá invertir tiempo en desarrollar una y otra vez la misma mejora, dedicando esfuerzos a conseguir algo que ya está hecho por otras personas".

En resumen, a juicio de Stallman "desarrollar software libre es una contribuición a la humanidad", mientras que hacerlo privativo "contribuye a la injusticia y a limitar los derechos fundmentales de los usuarios de aplicaciones informáticas".