Cambiar el final de una película, elegir un destino distinto para un personaje o decidir qué canciones se incluyen en un álbum y cuáles se descartan es impensable hoy en día. En cambio, son el pan de cada día en la mayor industria cultural del mundo.

Los videojuegos viven en revisión constante para ajustarse a las opiniones de los jugadores. Modificándose a la carta incluso antes de lanzarse al mercado.

El nuevo campo de batalla es el entorno local. Utilizar toda esa información para conseguir adaptar con éxito los productos a los gustos en cada país.