Las imágenes de estanterías vacías y enormes colas han producido cierta histeria compulsiva provocada por la incertidumbre. No hay cosa peor para el ser humano que sentirse vulnerable porque necesita certezas. Además las grabaciones que nos llegaron a todos, propagadas rápidamente, son del primo de un primo, otras entran en el grupo sin saberlo y muchas pueden ser hasta bulos. Así cuesta determinar qué es cierto y qué es falso y eso nos mantiene en una situación de descontrol. Nos sorprendió cómo la ansiedad se apoderaba de Italia y hoy en Londres vemos cómo se compra con locura. Una psicosis muy contagiosa aunque el riesgo real está muy por debajo del riesgo percibido. El miedo ya dejó las farmacias vacías de mascarillas y desinfectantes innecesariamente. Los psicólogos piden informarse bien y mantener la calma para quitarse el miedo de encima.