El coronavirus no entiende de edades, y un ejemplo es el de Mía, una bebé prematura, que dió positivo nada más nacer. Su madre estaba ingresada grave y tuvieron que separarlas. Tras un mes junto a su padre en una habitación del hospital, que se aisló con ella para controlar su situación, ahora, madre y bebé ya han podido regresar a casa. y se encuentran en buen estado.