La desinformación viaja en estos cayucos que parten de Senegal porque circula el rumor de que en Europa, a causa del COVID-19, están regularizando a migrantes sin papeles. La gente joven no quiere oír más y se lanza a esta aventura de arriesgar la vida por una información falsa. Cheik Amadou, que se dedica a contarles la verdad a los que quieren marchar y a apoyar a quienes deciden quedarse, dice que en África hay muchos bulos y eso justamente pone en peligro muchas vidas. A Abdelaziz, que tiene 22 años y le rescataron del mar, lo que de verdad le gustaría es quedarse a trabajar aquí en su país. 

"Tenemos potencial -dice- pero con nuestro gobierno no es posible". Así que él, como tantos otros, volverá a arriesgar su vida para llegar a Canarias y de ahí a la península y después al resto de Europa. Pero demasiados se quedan en el viaje. Como él, que fue testigo de la muerte de sus compañeros: "Me remueve cuando lo pienso porque ves a otros que mueren delante de ti y no puedes hacer nada. Hay quien, después de caer, saca las manos del agua y pide ayuda una, dos, tres veces y dejas de verles. En ese momento sólo puedes preocuparte de ti para sobrevivir. No puedes salvarlos". El hijo de Aminata fue uno de los que se perdió en el mar para siempre y ahora ella, mientras mira las fotos, piensa en lo que le echa de menos y en lo que daría porque nunca hubiese subido a esa patera.