Nada más llegar a Lanzarote tras un duro viaje de cuatro días en patera, antes incluso de beber agua, tres jóvenes marroquíes corrieron a enterrar sus pasaportes en un descampado, en mitad de la nada, porque consideraron que así evitarían ser devueltos. Cuando a principios de abril se subieron al cayuco que salió desde el sur de Marruecos ya lo tenían todo pensado: al arribar a Canarias ocultarían sus pasaportes, que llevaban escrupulosamente plastificados y protegidos, para evitar que la Policía los identificase y los devolviera a su país, de donde se fueron por falta de oportunidades laborales.
Entierran sus pasaportes en mitad de la nada para evitar ser devueltos
Nada más llegar a Lanzarote tras un duro viaje de cuatro días en patera, antes incluso de beber agua, tres jóvenes marroquíes corrieron a enterrar sus pasaportes en un descampado, en mitad de la nada, porque consideraron que así evitarían ser devueltos. Cuando a principios de abril se subieron al cayuco que salió desde el sur de Marruecos ya lo tenían todo pensado: al arribar a Canarias ocultarían sus pasaportes, que llevaban escrupulosamente plastificados y protegidos, para evitar que la Policía los identificase y los devolviera a su país, de donde se fueron por falta de oportunidades laborales.
Entierran sus pasaportes en mitad de la nada para evitar ser devueltos
Nada más llegar a Lanzarote tras un duro viaje de cuatro días en patera, antes incluso de beber agua, tres jóvenes marroquíes corrieron a enterrar sus pasaportes en un descampado, en mitad de la nada, porque consideraron que así evitarían ser devueltos. Cuando a principios de abril se subieron al cayuco que salió desde el sur de Marruecos ya lo tenían todo pensado: al arribar a Canarias ocultarían sus pasaportes, que llevaban escrupulosamente plastificados y protegidos, para evitar que la Policía los identificase y los devolviera a su país, de donde se fueron por falta de oportunidades laborales.
Entierran sus pasaportes en mitad de la nada para evitar ser devueltos
Nada más llegar a Lanzarote tras un duro viaje de cuatro días en patera, antes incluso de beber agua, tres jóvenes marroquíes corrieron a enterrar sus pasaportes en un descampado, en mitad de la nada, porque consideraron que así evitarían ser devueltos. Cuando a principios de abril se subieron al cayuco que salió desde el sur de Marruecos ya lo tenían todo pensado: al arribar a Canarias ocultarían sus pasaportes, que llevaban escrupulosamente plastificados y protegidos, para evitar que la Policía los identificase y los devolviera a su país, de donde se fueron por falta de oportunidades laborales.
Entierran sus pasaportes en mitad de la nada para evitar ser devueltos
Nada más llegar a Lanzarote tras un duro viaje de cuatro días en patera, antes incluso de beber agua, tres jóvenes marroquíes corrieron a enterrar sus pasaportes en un descampado, en mitad de la nada, porque consideraron que así evitarían ser devueltos. Cuando a principios de abril se subieron al cayuco que salió desde el sur de Marruecos ya lo tenían todo pensado: al arribar a Canarias ocultarían sus pasaportes, que llevaban escrupulosamente plastificados y protegidos, para evitar que la Policía los identificase y los devolviera a su país, de donde se fueron por falta de oportunidades laborales.
Entierran sus pasaportes en mitad de la nada para evitar ser devueltos
Nada más llegar a Lanzarote tras un duro viaje de cuatro días en patera, antes incluso de beber agua, tres jóvenes marroquíes corrieron a enterrar sus pasaportes en un descampado, en mitad de la nada, porque consideraron que así evitarían ser devueltos. Cuando a principios de abril se subieron al cayuco que salió desde el sur de Marruecos ya lo tenían todo pensado: al arribar a Canarias ocultarían sus pasaportes, que llevaban escrupulosamente plastificados y protegidos, para evitar que la Policía los identificase y los devolviera a su país, de donde se fueron por falta de oportunidades laborales.
Entierran sus pasaportes en mitad de la nada para evitar ser devueltos
Nada más llegar a Lanzarote tras un duro viaje de cuatro días en patera, antes incluso de beber agua, tres jóvenes marroquíes corrieron a enterrar sus pasaportes en un descampado, en mitad de la nada, porque consideraron que así evitarían ser devueltos. Cuando a principios de abril se subieron al cayuco que salió desde el sur de Marruecos ya lo tenían todo pensado: al arribar a Canarias ocultarían sus pasaportes, que llevaban escrupulosamente plastificados y protegidos, para evitar que la Policía los identificase y los devolviera a su país, de donde se fueron por falta de oportunidades laborales.
Entierran sus pasaportes en mitad de la nada para evitar ser devueltos
Nada más llegar a Lanzarote tras un duro viaje de cuatro días en patera, antes incluso de beber agua, tres jóvenes marroquíes corrieron a enterrar sus pasaportes en un descampado, en mitad de la nada, porque consideraron que así evitarían ser devueltos. Cuando a principios de abril se subieron al cayuco que salió desde el sur de Marruecos ya lo tenían todo pensado: al arribar a Canarias ocultarían sus pasaportes, que llevaban escrupulosamente plastificados y protegidos, para evitar que la Policía los identificase y los devolviera a su país, de donde se fueron por falta de oportunidades laborales.
Nada más llegar a Lanzarote tras un duro viaje de cuatro días en patera, antes incluso de beber agua, tres jóvenes marroquíes corrieron a enterrar sus pasaportes en un descampado, en mitad de la nada, porque consideraron que así evitarían ser devueltos. Cuando a principios de abril se subieron al cayuco que salió desde el sur de Marruecos ya lo tenían todo pensado: al arribar a Canarias ocultarían sus pasaportes, que llevaban escrupulosamente plastificados y protegidos, para evitar que la Policía los identificase y los devolviera a su país, de donde se fueron por falta de oportunidades laborales.