Un ligero chubasco recibió a los primeros ucranianos residentes en Gran Canaria que llegaron a la Plaza de la Feria para condenar la invasión de su país. Una hora después ya eran más de 200 manifestantes, pues cuando paró de llover se le unieron otros compatriotas y ciudadanos isleños que mostraron con pancartas y canciones pacifistas su repulsa a la actuación del presidente ruso.