El filme sigue de cerca la preparación de la Novena Sinfonía de Beethoven, presentada en Tokio por el Béjart Ballet Lausanne y el Ballet de Tokio acompañados de la Orquesta Filarmónica de Israel, dirigida por Zubin Mehta. Decenas de artistas de todos los países trabajan en la construcción de esta catedral efímera, hecha a base de sudor y de sueños.