Félix, un niño de diez años, empieza a conocer el mundo adulto en el momento en que entra en la adolescencia. Imaginativo y sensible, como muchos niños, le tiene miedo a todo: el posible divorcio de sus padres, que parecen atravesar una crisis, unos vecinos sospechosos, etc. Poco a poco, sus demonios imaginarios comienzan a reflejarse en el mundo verdaderamente inquietante que le rodea.