El 9 de abril de 1940, la maquinaria bélica de la Alemania nazi desembarca en la ciudad de Oslo. Ante esta situación, el rey Haakon VII de Noruega se ve obligado a abandonar la tradición neutral de su país y tomar la difícil decisión de unirse a uno de los bandos. En sus manos está el presente y el futuro del pueblo noruego.