Paz y amor, predicaban en la Ibiza de los 70. 40 años después, paz, amor y cerezas, las que saben a libertad, las que huelen a fiesta. Un auténtico banquete de cerezas se ha dado Ibiza, la fruta que se disfruta desde que existe Pachá. Del hippie a la electrónica, del flower power al after hour. Ritmos angelicales para los turistas y para Toni Riera. Sus fotos nos informan sin desperdicio de una dulce, sabrosa e intensa relación. Isla y discoteca, unidas para siempre, hasta la última cena, con menú festivo.