La ya campeona del mundo de bádminton, Carolina Marín, ha sido recibida esta mañana en su barrio de la capital onubense con un pasillo de raquetas y pancartas que han formado familiares, vecinos y miembros del equipo de bádminton en el que comenzó su andadura. Carolina, muy emocionada y con su medalla de oro en la mano, ha abrazado a todos los que la esperaban. Especialmente emotivo ha sido el encuentro con sus abuelos, Carmelo y María, que entre lágrimas, besos y abrazos mostraban el orgullo por el triunfo conseguido por su nieta.