Las aguas bajan revueltas en el madridismo después de las dos derrotas ligueras consecutivas, primero en en Anoeta y el sábado pasado ante el Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu. A la salida de la sesión de entrenamiento en Valdebebas, jugadores como Asier Illarramendi se han parado a firmar autógrafos a los aficionados, pero otros, como Gareth Bale, no lo han hecho. Esta circunstancia ha decepcionado tanto a los allí presentes, que algunos han amagado con darle una patada al choque del galés.