Uno a uno, los jugadores del Real Madrid fueron recibiendo la llamada para salir a un estadio repleto de aficionados que les agradecían el título conquistado. La decimotercera copa de Europa salió en manos del capitán Sergio Ramos, quien la levantó al cielo de Madrid y la ofreció a todos los madridistas allí presentes. Tras los fuegos artificiales, llegó el momento de dedicar algunas palabras a la afición. De ahí, foto de familia con los del Basket, vuelta de honor y a posar con el trofeo. En definitiva, la celebración de ayer en el Santiago Bernabéu desprendía una felicidad blanca motivada ya por 13 razones.