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Moleiro, un ‘10’ de oro

El centrocampista asume que jugará la próxima temporada en el equipo amarillo, donde espera ser protagonista | La UD ata al que considera su valor principal para ganar dinero

Alberto Moleiro celebra su gol ante el Ibiza, el del empate de la UD Las Palmas, ante la cámara de LA PROVINCIA. | | ANDRÉS CRUZ

Alberto Moleiro da por hecho que jugará en la UD Las Palmas la temporada que arrancará el próximo sábado 13 de agosto frente al Real Zaragoza en el Estadio de Gran Canaria (22.00 horas). Puede hacerlo como lo hizo el curso pasado, como jugador propiedad de la entidad amarilla, o bien como cedido por otro equipo en el caso de que sea traspasado en este mercado estival, cuestión nada extraña por el interés que recibió de muchos clubes a lo largo de los últimos meses y por la pretensión de la institución de Pío XII de hacer caja con él. Todos ganan.

Así, una de las afirmaciones del presidente Miguel Ángel Ramírez en su comparecencia tras la eliminación del cuadro de Xavi García Pimienta ante el CD Tenerife en las semifinales del playoff se cumplirá: «Moleiro seguirá jugando de amarillo». Lo hará después de que la UD garantizara de manera definitiva que el futbolista no quedará libre al final de la temporada que viene –acababa contrato en junio de 2023–, lo que abre una nueva vía para que todos saquen partido ante un eventual traspaso del tinerfeño. Ahora o el año que viene.

La ampliación de contrato de Moleiro por tres temporadas, es decir, hasta 2026 si se cuenta la que le quedaba, evitó a la entidad amarilla la necesidad de venderle con urgencia para que no se marchara gratis. En realidad, el futbolista nunca tuvo la intención de que la UD no saliera beneficiada de una posible venta, porque le está agradecido por haberle dado la oportunidad de hacerse un nombre en el mundo del fútbol.

De hecho, desde el pasado mercado invernal ambas partes mostraron su predisposición a colaborar. Tanto es así que la UD, que no pudo darle un dorsal profesional porque finalmente se quedó sin hueco, el que le había dado a Rober y Hernani, sí le subió el salario, en señal de buena voluntad. Y aunque tardaron en firmar la ampliación del vínculo, la palabra estaba dada.

Tanto en el club como en el entorno del jugador consideran que la oficialización del acuerdo da tranquilidad a los dos actores principales. Los terceros en discordia, que serían los equipos interesado en el tinerfeño, ya no lo tendrán tan fácil porque deberán pasar por caja obligatoriamente.

Sin prisa

Es la pretensión de la UD, si bien ahora no tiene prisa por aceptar la primera oferta que le llegue. Las opciones de traspasarle en este mismo mercado o el verano que viene son las mismas. En la sede de Pío XII tienen claro que si encima de la mesa hay una cantidad que consideran adecuada para traspasarle, siempre que el acuerdo contemple una cesión en el primer curso para que pudiera jugar como amarillo, la aceptarán. De la misma forma, si eso no ocurriera, verían aún mejor que el jugador se revalorizase en la campaña 2022-23 para así poder pedir una cifra mayor por él.

Aumentar su caché es, precisamente, el objetivo de Alberto Moleiro para la temporada cuyo periodo de preparación arranca el próximo lunes en Barranco Seco. Sabedor de que tiene la confianza plena de García Pimienta y del resto de sus compañeros, sobre todo del capitán, Jonathan Viera, es consciente de que si sobresale este año muchos equipo llamarán a su puerta en el caso de que no cierre una salida próximamente.

Ha pedido el ‘10’, no se esconde, aunque respetará la veteranía en el vestuario –los más veteranos son los primeros que eligen–. Sin embargo, a nadie mejor que él le pega ese dorsal tan simbólico en el fútbol. Está deseoso de que el balón empiece a rodar para afianzar su sociedad con el ‘21’ y liderar junto a él el proyecto llamado a luchar por el ascenso, objetivo que prefiere no esconder, porque así lo creen en el vestuario.

Así, Moleiro es un ‘10’ de oro para la UD. La primera parte del binomio se explica en que se trata de un jugador joven –cumplirá 19 años en septiembre– y desequilibrante que está llamado a marcar las diferencias; la segunda, en que tarde o temprano dejará dinero en la caja de Pío XII. Otro tinerfeño. Como Pedri.

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