Están en juego 200 contratos de trabajo y un centenar de prácticas y para conseguirlo, cada segundo cuenta. Los aspirantes tienen solo siete minutos para convencer a las empresas de que son el candidato perfecto. Llevan el discurso ensayado, en muchos casos, en varios idiomas. Se busca de todo, camareros, recepcionistas, cocineros... Tras probar suerte con la entrevista, ahora les toca esperar la llamada.