Sin agua suficiente, la hidroléctrica del embalse de Mequinenza está a punto de detener su producción. Sería algo inédito en sus 56 años de vida. El nivel acutal es el más bajo desde entonces y el nivel de agua es insuficiente para mantener la presión necesaria para que funcionen las turbinas. El nivel del agua está diez metros por debajo del mínimo imprescindible por la sequía y la menor aportación de los ríos que nutren el embalse. Las dificultades vienen del año pasado y este se han agudizado. Este año se ha generado un 32 por ciento menos de energía que la media de la última década, con el consiguiente impacto en las renovables. Hay al menos otras cuatro centrales que también podrían parar, en su caso para ahorrar agua para usos prioritarios como el riego.