Alrededor de las doce y media de la mañana, un pregonero oficial daba la primicia a las puertas del Hospital Sant Mary de Londres. Anunciaba el nacimiento del segundo hijo de los duques de Cambridge: una niña que ha pesado 3 kilos 700 gramos. La noticia era muy esperada en las inmediaciones del hospital donde aguardaban cientos de medios de comunicación y ciudadanos británicos que querían presenciar este momento histórico.