Marlene Nogueira fue la primera piloto de helicóptero militar de Portugal y ahora es una de las pocas mujeres en el mundo embarcadas en el duro oficio de apagar incendios forestales desde el aire. Ha vivido centenares de ellos, tantos, que hace años que perdió la cuenta, confiesa. Nogueira ha sido durante años los ojos de los incendios en Portugal y España, como el primer efectivo en llegar y atacar al fuego. Ahora se encuentra en la base de Artenara, en la cumbre de Gran Canaria, como parte del equipo forestal del Cabildo. En el reciente incendio de La Palma realizó más de 280 descargas de agua. El helicóptero es "parte de un todo", explica, porque aunque resulta "clave" en un incendio, serviría de poco sin la coordinación con el equipo en tierra. El helicóptero es el primero en llegar y atacar a las llamas, pero "solo funciona en conjunto", porque aunque es "el medio de combate inicial y el primer medio en actuar en una situación de alerta de fuego, necesita del resto del equipo". Nogueira lleva más de 13 años a los mandos de helicópteros contra incendios, el más reciente el declarado en el municipio palmero de Garafía, donde desarrolló una labor vital. "Cuando llegamos, ya el incendio era muy grande y nos temimos lo peor", rememora la piloto, "fue una grata sorpresa que las condiciones nos diesen la posibilidad de atacar al fuego y ser efectivos", logrando controlar las llamas en apenas tres días.Aunque recuerda varias situaciones de riesgo, el incendio de agosto de 2019 en Gran Canaria le marcó. "Nuestra base se quedó rodeada de fuego por la noche. Estábamos muy cerca de las llamas y de la gente". Y es que habían sido tres incendios (Artenara, Cazadores y Valleseco) en apenas unos días en los que "se estaba quemando la mitad de la isla". Las personas "estaban muy próximas a nosotros y fue muy impactante la vivencia no solo en el aire, sino sobre todo en el suelo", relata.