La grieta abierta en la corteza terrestre se extiende 500 metros al sur del volcán Kilauea, en Hawai. Es uno de los más activos del mundo y ha entrado en erupción con tanta fuerza que ha reventado parte del cráter, el fuego sale por cualquier sitio. Quemando los árboles de la ladera, asfixiando el mismísimo aire con el dióxido de azufre que amenaza con ser lluvia ácida en cuanto empiece a llover. Para los humanos no hay peligro. El volcán está tan aislado en la isla que a pesar de la longitud de la fisura no hay que evacuar a nadie. Sólo es un show geológico que escupe fuego a 20 metros de altura, un espectáculo precámbrico que nos recuerda de donde venimos y cómo podemos terminar.