Una parte del palacio presidencial ha quedado practicamente destruído. Soldados franceses y las tropas de la ONU lo bombardeaban esta mañana. Se desconoce si el presidente saliente Laurent Gbabo se encontraba allí donde se atrincheró la semana pasada. El presidente electo ha pedido más contundencia a las tropas internacionales. Por el momento la capital de Costa de Marfil sigue siendo una ciudad fantasma. Nadie recoge los cadáveres.