La deserción del primer ministro Riyad Hijab, nombrado el pasado junio, no parece intimidar al régimen de Bashar el Asad, que intensifica los ataques para mantener el control sobre las grandes ciudades del país. No cesan los bombarsdeos en Alepo y Damasco mientras desde la Casa Blanca, el portavoz de Obama insisite en la necesidad de que El Assad se retire para que cese el derramamiento de sangre y el sufrimiento del pueblo sirio y sea posible una transición política pacífica. Entretanto, miles de refugiados sirios se agolpan en los campamentos improvisados junto a la frontera de Jordania. El presidente francés, François Hollande, ha anunciado el envío de un equipo médico de urgencia, con medios militares y civiles, a la zona para asistir a las víctimas de los combates y los refugiados, operativo que debe estar en marcha de aquí al fin de semana.