Sólo cuarenta años, catorce en la arena política. Creyente, abogado y soltero. Henrique Capriles lo ha hecho todo: Alcalde, gobernador, presidente del Congreso e incluso una estancia de cuatro meses en la cárcel por el caso de los ataques a la Embajada de Cuba en Caracas, tras el golpe de Estado fallido contra Chávez en 2002.