La indignación por la desaparición de los 43 estudiantes de magisterio de Iguala continúa en las calles de México. Con gases lacrimógenos, la policía de la localidad de Acapulco intenta aplacar la ira de este grupo de manifestantes que les arrojan piedras y botellas de vidrio. Una violencia desatada en las principales ciudades del país que no amaina desde el mes de septiembre, cuando se les perdió la pista a los jóvenes. De momento sólo, se han encontrado restos de uno de ellos.