Su familia pensaba que era demasiado cándido y decidieron que el pequeño debía aprender por las malas. La tía, la madre y la abuela del menor, de tan sólo 6 años, hablaron con un vecino y le pidieron que secuestrase al niño. A la salida del colegio, en este pueblecito al lado de San Luis, en Misuri, el hombre recogió a la inocente víctima en su camión. El simulacro de secuestro duró cuatro horas, durante las cuales fue atado y amenazado con una pistola. El pequeño, más listo de lo que todos pensaban, habló con la policía nada más ser puesto en libertad. Ahora su familia, en la cárcel, bajo una fianza de 200.000 euros, se enfrenta a diferentes cargos, entre ellos rapto. Aseguran que su única intención era enseñarle al pequeño de la familia que no hay que confiar nunca en los extraños. Ni tampoco, parece, en tus propios padres.