El reloj de la panadería de Amet se quedó parado a la hora del tiroteo. A las nueve y media el panadero de origen marroquí estaba esperando a su compañero. “Oí los disparo y me levanté” explica y enseguida salió a ver qué pasaba. Fue el primero en llamar a una ambulancia y acompañó durante los primeros minutos a una señora tiroteada en su coche.