Arranca la cumbre del clima de París, la más importante y la única cumbre en al que, hasta ahora, casi todas las delegaciones llegan con compromisos propios, concretos y vinculantes para reducir las emisiones de gases invernadero. En Copenhague, en 2009, muchos países propusieron reducciones de emisiones de gases voluntarias, que la mayoría no han cumplido, entre ellos España. Ahora parece que todos lo tienen claro: este siglo la tierra no puede calentarse dos grados más. Porque si lo hace las consecuencias pueden ser catastróficas. El principal escollo es quién va a financiar el Fondo Verde y decidir si los acuerdos globales que se adopten deben ser de obligatorio cumplimiento.