Pocas sonrisas en Europa tras la victoria de Donald Trump. Cara seria del presidente del Parlamento europeo, Martin Schultz, que ya adelantaba como van a ser las relaciones: difíciles. El presidente de la República francesa, Francois Hollande, habla de incertidumbre y la canciller alemana Angela Merkel de inquietud, aunque ha tendido la mano. Igual que el presidente de la Comisión Jean Claude Junker que ya ha pedido una cumbre trasatlántica. El desaliento ha sacudido de inmediato a los mercados tiñéndose de rojo al despertar, moderando su caída tras el discurso conciliador.