Con las calles ardiendo, la ira de los palestinos no ha hecho más que empezar. La 'bomba' lanzada por el presidente Trump tras reconocer Jerusalén capital de Israel, ya ha estallado en forma de disturbios como los registrados en Belén entre jovenes palestinos y soldados israelíes. Aunque lo peor podría llegar a partir de mañana, viernes de oración. El líder de Hamas en Gaza llamaba hoy a una tercera intifada en todos los territorios palestinos y la alerta es máxima en Jerusalén, donde se producían enfrentramientos con la policía israelí. Tras Estados Unidos, otros países se preparan para trasladar sus embajadas a la ciudad santa ha dicho hoy el primer ministro israelí. El agradecimiento infinito de los israelíes al presidente estadounidense es el reverso de una moneda dominada por la indignación palestina, que se extiende por varios países musulmanes y a la que se suma la condena de la comunidad internacional.