Sonriente y animada, saludando uno a uno a sus invitados. Así veíamos a su Majestad, la Reina Isabel II, hace tan solo unos días. Junto a su hijo, el Príncipe de Gales, y a su nieto Guillermo, Duque de Cambridge, recibía el pasado lunes a líderes del mundo empresarial en el Castillo de Windsor. Nada hacía presagiar lo que ocurriría el miércoles.

Su viaje a Irlanda del Norte se cancelaba y saltaban todas las alarmas sobre su estado de salud. Los tabloides británicos se llenaban de especulaciones. Por eso ayer, el Palacio de Buckingham aclaraba el asunto. La Reina Isabel pasó por el hospital King Eduard VII, donde le realizaron exámenes preliminares. Sin embargo, el ingreso sólo duró una noche. Al día siguiente se encontraba de vuelta en Windsor. Eso sí, los médicos le han aconsejado tomarse un pequeño descanso durante los próximos días. La Reina no ingresaba en un hospital desde el año 2013, cuando tuvo que ser hospitalizada por una gastroenteritis.

Isabel II goza de una salud más que envidiable para una persona de 95 años. Hace unos días una revista británica la nombraba ‘Anciana del año’, un premio que la monarca rechazaba con elegancia. Dice que no se siente tan mayor.