Zelenski pone su mejor cara en su peor momento. "¡Buenos días, ucranianos!", les dice a sus compatriotas con un atisbo de sonrisa en una de las ultimas imagenes con las que trata de demostrar que aún sigue ahí. Solo en el selfie. Solo en lo que se ve de ciudad. Solo en el mundo -"Nos mira desde lejos", denunció en su día- el presidente, pese a todo, hace ver que resiste en uno de esos vídeos que ha convertido en su particular trinchera. Y llama a los suyos a resistir. "Venceremos", insiste en una de sus comaprecencias más reciente, en la que asegura que aún mantiene el control de los puntos claves de Kiev pese al avance ruso. Zelensky insta a detener la guerra. Reclama a Europa más sanciones contra Putin y anima a los propios rusos a rebelarse contrra él: "Los soldados detenidos, dice, no entienden por qué les manda a morir o a matar". En el punto de mira del Kremlin, cada comparecencia de Zelenski es un ejercicio por mantener la moral de victoria. Una fe de vida. Depende del momento, y del lugar de la grabación, representan el mensaje de que sigue en Kiev. Apoyado por sus hombres de confianza. Firme en su responsabilidad como presidente desde el atril. Con la guerra a las puertas, este sábado combinaba su invitación a ponerle fin con un llamamiento a volver a Ucrania a todo aquel que puede sumarse a la defensa del país:"Os daremos armas", les anunciaba. Para Zelensky, todo aquel que se empeñe frente a la invasión, es un héroe.