Dos largas semanas de conflicto y Rusia sigue asfixiando a Ucrania. Sobre todo desde el aire. Vuelven a cebarse con Zhitómir, destruyendo por completo un dormitorio militar. Ya se ha localizado una hilera de tanques a tan solo 23 kilómetros de Kiev. En su lento camino a la capital, los rusos dejan un rastro de destrucción, bombardeando zonas residenciales y atacando directamente a civiles. Su artillería no respeta a nada ni a nadie. Uno de sus tanques, acribilla a este coche en el que viajaba una pareja de ancianos ucranianos. Y poco queda de Járkov uno de los objetivos principales de las tropas rusas. O de un hospital en Izium reducido a escombros después de un bombardeo. Día a día, los sanitarios atienden bajo el sonido de las bombas a cientos de heridos, muchos de ellos niños. Como Vova. Acaba de despertar de la operación y apenas alcanza a susurrar que está bien después de que una bala rusa le alcanzase la cabeza. Sin embargo, Dima, de tan solo ocho años, sigue inconsciente, mientras su madre llora en la sala de espera.