Las alarmas antiaéreas retumban en cada rincón de Leópolis. No hay lugar para el descanso. Una noche más toca buscar el refugio más cercano. El bombardeado a una base militar con 30 misiles lo ha cambiado todo. Nunca antes se había visto tan cerca el fuego enemigo: 35 muertos, más de 130 heridos y un claro mensaje de Vladímir Putin a la OTAN y la UE. No ha sido el único. Volodímir Zelenski advierte: También "caerán misiles rusos" en su territorio si no delimitan una zona de exclusión aérea cada día más necesaria. Los misiles arrasan con todo a su paso. En el norte, en Chernígov, la artillería rusa ha vuelto a golpear edificios residenciales. Montañas de escombros de las que cuesta sacar a los supervivientes. Mariúpol sigue bajo fuego sin comida ni agua. Pero una de las imágenes más duras de la guerra es, sin duda, la de decenas de civiles enterrados en fosas comunes en Bucha después de recoger sus cuerpos de las calles.