La lucha contra el fuego continuaba hoy en Leópolis, donde un depósito de combustible fue alcanzado ayer por la artillería rusa. Tampoco se libran de los ataques almacenes de comida. Durante todo el fin de semana, el ejército de Putin está lanzando una lluvia de misiles, algunos de gran precisión, por toda Ucrania, aunque sus esfuerzos se están concentrando en el este. Así lo ha constatado la inteligencia británica, que percibe además desplazamiento de tropas invasoras hacia el Dombás. Ucrania, que asegura haber repelido varios ataques en esta zona prorrusa, denuncia que Putin, ya que no puede controlar todo el país, pretende dividirlo y crear una versión europea de las dos Coreas. De hecho, los separatistas de la autoproclamada república de Lugansk ven más cerca un referéndum de autodeterminación para unirse a Rusia.

El presidente ucraniano, que insiste en que no negociará sobre la soberanía de su país, ha vuelto a pedir armas a Occidente, preguntándole si es que tiene miedo de Putin. “No se trata de la libertad de Ucrania, también de la de Europa”, clama un Zelenski claramente enfadado. Sus mandos ya preparan una guerra de guerrillas para hacer frente a los ocupantes.