En silla de ruedas y a sus 97 años, Furchner llegaba a la sala del tribunal para escuchar la sentencia por lo que hizo durante la Segunda Guerra Mundial. Acaba de ser condenada por formar parte de los crímenes del nazismo. A sus 18 años trabajó como mecanógrafa en el campo de concentración de Stutthof, en la actual Polonia, donde murieron unas 65.000 personas. Casi ocho décadas más tarde, en septiembre de 2021 se inició el juicio contra ella. Aunque tuvo que retrasarse un tiempo porque la acusada no se presentó en la corte. Un largo proceso judicial que finalmente concluye con dos años de libertad condicional como condena.