Alrededor de 100.000 fieles han presenciado en la plaza de San Pedro del Vaticano el funeral por Benedicto XVI, el primer papa que renunció al cargo en siete siglos. Una ceremonia que ha durado hora y media y ha cerrado la era de la insólita convivencia de dos pontífices en la Iglesia. Ante el altar construido en el exterior del templo, el féretro de ciprés con los restos mortales del papa emérito, sobre el que reposaba un Evangelio abierto.