Un vecino de Tamaraceite lleva un año esperando a que le dejen vivir en su vivienda. Juan Francisco Melián vive en su casa de okupa, pero le han cortado la luz y el agua. “Son unos impresentables y no me corto, digo lo que pienso. Hasta el viernes le daba el beneficio de la duda al alcalde, pero demasiada gente se ha tenido que equivocar para que el señor alcalde no se enterara de lo que está pasando. En este ayuntamiento todo el mundo gobierna de espaldas al alcalde y eso es muy grave”, aseguró a COPE Canarias, el afectado Juan Francisco Melián.

El consistorio capitalino no permite la habitabilidad de los pisos, construidos en el marco del plan de reposición de Tamaraceite y, por eso, acudió al pleno a pedir que solucionaran este asunto.

“El alcalde ya sabe de mi boca que su concejal miente y que se ha saltado la ley. Han vulnerado la ley y al que la vulnera hay que sancionarlo. Si el alcalde, a día de hoy, no ha cesado a su concejal es cómplice de todo lo que ha hecho su concejal y algo tiene que esconder”, aseguró.

“Espero que el alcalde tenga la poca vergüenza de cesarlo de manera fulminante, porque este hombre se ha saltado la ley: el que corta el agua y la luz a un okupa se enfrenta a una pena de prisión de con pena de prisión de entre seis meses y y tres años. ¿Se comerá el marrón algún funcionario y el político se va a sacudir las manos? Los políticos tienen que empezar a dar la cara”, afirmó.

”No ha cambiado nada, yo sigo con el agua y con la luz cortadas. No nos han dicho nada. El 27 de abril nos dijeron que, a lo largo de mayo, se solucionaría el problema, pero nadie de alcaldía me ha llamado para pedir disculpas, ni darme fecha exacta”, remarca tras llevar un año peleando por "habitar de pleno derecho su casa".

“Hay otro edificio con menos tiempo, las llaves se han entregado hace 3 o 4 meses, con el mismo problema y hay otro edificio más en construcción. Con los que entregaron con anterioridad hicieron lo mismo, pero los dueños se han callado. Yo me cansé de que se crean que, como somos gente humilde, pueden hacer lo que quieran y atropellarnos, pero conmigo no van a poder”, destacó sobre otro edificio que sufre el mismo problema.

“Se me ponen los pelos de punta, porque mi abuela es una persona de 88 años que, en breve cumplirá años, y me sigue preguntando cada día qué pasa con la casa y me dice que se morirá sin disfrutarla. Ella no entiende de burocracia y sólo ha podido ir tres veces, porque mes un cuarto piso y los ascensores no funcionan y, mientras tanto, vive con lo justo”, señaló.

Este vecino de Tamaraceite recalca que “se suponía que en septiembre u octubre del año pasado ya estaríamos instalado. Es un problema burocrático.Ya hay calificación definitiva, aunque nosotros no la tenemos...Vamos a darle el beneficio de la duda y creer que es verdad”.