Las escandaleras a la entrada del aparcamiento de San Bernardo indignan al vecindario por las continuas pitadas e insultos. «¡Sinvergüenza!, ¡carota!, «¡haz la cola como los demás poca vergüenza!. Estos insultos y otros de mayor calado salpicados con tremendas pitadas son la banda sonora que soportan a diario los vecinos, una monumental escandalera que desde mitad de diciembre pasado ha subido de tono y se vuelve permanente por la mayor afluencia al aparcamiento debido a las compras navideñas.