Ya no vale lo de llevar mal puesta la mascarilla -por debajo de la nariz, en la barbilla- o no llevarla, el fumar en los espacios públicos o no guardar la distancia de seguridad con otros comensales en una terraza. Las sanciones se imponen porque los irresponsables juegan con la salud de todos. Tras más de cinco meses conviviendo con el coronavirus, la Policía Local ha dejado atrás la pedagógica para multar al ciudadano que se salte la normativa sanitaria establecida.