España afronta este miércoles su segundo partido de la fase de grupos del Mundial de Rusia. Tendrá como rival a la selección de Irán, un adversario del que se prevé un plan defensivo para contener, minimizar y entorpecer las virtudes ofensivas del equipo español, fiel y firme en la idea de fútbol que le dirigió hacia las cotas más altas no hace mucho, de 2008 a 2012. La selección española está obligada a ganar tras el empate ante la Portugal de Cristiano Ronaldo.