El Tribunal Supremo ha absuelto del delito de torturas a los guardias civiles que detuvieron a Igor Portu y Mattin Sarasola, los dos etarras que colocaron el coche bomba en la T-4. Cuatro de los 15 guardias civiles que participaron en la detención de los dos terroristas, dos años después de que cometiesen el atentado de la Terminal 4 de Barajas, fueron condenados por la Audiencia Provincial de San Sebastián a penas de entre dos y cuatro años y medio de cárcel por los malos tratos que supuestamente habrían infligido a los etarras.