La sentencia ha caído como in jarro de agua fría en el barrio de Marta. Unas calles en las que tres años después la joven sigue muy presente. La mayoría de sus vecinos no comparte la decisión de la sentencia. La familia de Marta va a seguir luchando, quiere mostrar su desacuerdo. Van a recurrir la sentencia, reclaman que la justicia sea más dura con el resto de implicados.